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sábado, 10 de septiembre de 2011

la noche anterior VIII

 Atentos estábamos el uno al otro, a los movimientos que podría haber realizado el contrincante... << ¿que pretende usted?, ¿para que nos tiene a todos encerrados en este lugar?>>... aquel hombre me miró  un rato y me analizó en silencio... provocando un gran vacío en mi frase... << ¿por que crees tu que estas acá?>> ... aquella pregunta me recordó a Valeria, ella parecía muy triste, dolida, resentida, parecía ver la realidad.

 Lo miré a los ojos y me levanté del sillón con fuerza e ímpetu, <<¿como se atreve usted a hacer esa pregunta después de todo los problemas que ha causado?, sus doctores son unos carniceros... acabaron con la vida de mi novia, mi amiga, yo y todos en este maldito hospital...>> me miró intrigado un rato mas... <<¿y que te hace pensar que esto es un hospital?, ¿que te hace pensar que son doctores?>> al escuchar eso me quede sin aliento... no podía creer lo que me decía, era irreal, me hacia pensar muchas cosas, e inventar hipótesis, pero el acabó con mi razonamiento antes de terminarlo, se largó a reír con una fuerte carcajada << tranquilo, era broma... somos doctores, y lo que haz presenciado tu o tu gente solo deben dejarlo en nuestras manos, todo saldrá bien, te lo juro>> << no te creo nada, jamas confiaré en ustedes, solo tendrían que haber hecho algo muy malo como para que Valeria hubiese estado así >> tomé mi cuchillo de cocina y apunté contra la vida del doctor el cual ni se inmutaba, de hecho era el el que me intimidaba, me atemorizaba con su sola presencia, quería escapar, pero no... debía rescatar a mi novia, debía de salvarla de las garras de tan bandolas y rufianes traidores...

 Luego de presenciar el espectáculo el simplemente se levantó y caminó hasta la siguiente sala, y ahí yo inmóvil, no le hice nada, un cobarde nuevamente había florecido ese día, luego de cruzada la puerta corrí hacia el, y me encontré con una situación bastante perturbadora y atemorizante, tétrica, había gente convulsionando en camillas mientras que los doctores se los llevaban, gente con perdida total de la razón, gente haciendo nada, algunos sufriendo postrados, nadie ahí estaba cuerdo, ni siquiera los doctores... <<¿te das cuenta ahora?... del por que estas aquí>> mi mandíbula temblaba, no, no era mandíbula sino todo mi cuerpo... un escalofrío recorrió y heló mi sangre, no pude hacer mas que escuchar al verdugo de mi enfermedad... <<tu eres solo uno mas de ellos, otro número mas, aunque admito que estas mucho mejor, a simple vista pasas desapercibido, pero tu mente está enferma en realidad>> lo mire con ira << ¿quien es usted para decirme eso?, ustedes si que están enfermos, sus procedimientos no son correctos para un hospital...>> no sabia lo que decía, solo hablaba, aunque tenía miedo, aun así hablaba, pero este llamó a 2 guardias los cuales me inmovilizaron rápidamente y perdí el conocimiento... soñé con ella, estábamos en un paraje hermoso, rodeado de vida, pájaros cantando, el sol radiante, flores por todos lados, y ella, con sus labios de suave y tersa piel, tan delgada y llena de rojo, sus labios de miel, su aroma que me hacía olvidar mis problemas, ella con su esencia y su voz angelical, un descanso en aquel paraje del cual mi alma encontró reposo, y pudo abrazarla aunque fuese en vanos sueños jamas reales, sentir nuevamente el roce de su cuerpo con el mio, recostados sobre la hierba, mirándonos a los ojos, regalándonos una sonrisa... yo la abrazaba, la consentía, le sonreía, sus labios tenían un calor especial, el cual me atrapaba y me envolvía... todo mi odio y miedo era ahora paz y tranquilidad, amor... de un momento a otro estábamos envueltos en una obscuridad, pero no parecía importarnos, seguíamos en aquella armonía y simpleza, el paraje se volvía amenazador, pero nosotros solo vivíamos nuestro mundo. Nada nos importaba, nada podía hacernos daño, solo eramos los 2... <<te amo>> le dije con dulzura, <<sigue adelante>> ... no acababa de comprender su frase hasta que de pronto su piel coloró a pálida y se tornó helada... estaba muerta... mi sueño se derrumbó, algo me la quitó de los brazos y comenzó a llevársela hacia el cielo, ella cobró vida para decirme que tuviese paciencia, luego se fue... aquel paraje desolador parecía burlarse de mi desgracia, parecía acabar con mis esperanzas, yo gritaba, pero la voz no me salía, intentaba gritar con mas fuerza, pero nada, sentía una impotencia que me obligaba a seguir insistiendo en lo que ya no se podía, aquel dulce sueño era ahora una vil pesadilla armada y estructurada con el fin de indicar la muerte de mi amada...

 Desperté sobresaltado, buscando a mi amada por una y otra parte, pero no estaba... estaba en otro cuarto, no era el mio, pero tenía características similares... miré a mi lado, y acostada junto a mi estaba Valeria inconciente...

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