Desperté semiinconsciente en aquella casa, no, ya no era mía a pesar de que era la misma ya no era mi casa, ahí a mi lado acostada junto a mi durmiendo estaba mi chica, durmiendo como si nada, como si aquella honorífica escena en las camillas no hubiese ocurrido jamás, todo parecía un sueño, mas que un sueño una pesadilla.
Miré a mi alrededor, todo parecía normal, las cosas en su lugar, ninguno de los dos heridos, en verdad no se por que ni ella ni nadie recordaba con claridad como llegamos ahí, intenté despertarla, pero fue inútil... me quedé en blanco un rato y comencé a pensar... ella, mi heroína y salvadora, la que con un puñal rompió todo mi ser, aún así yo la protegería, a pesar de todo...AHHH!!!... ¡¡¡otra vez le fallé!!!, no pude hacer nada contra ellos, perdí el conocimiento, estaba débil, pero eso no era excusa... debía ser fuerte...
Tal vez lo mejor era matarla y luego morir, así ellos no podrían seguir tomándonos en vida, acabar con ella y luego decaer junto a su lecho de muerte, bañarme en su sangre y fusionarnos por una última vez sin que esos malditos acabasen con nuestra pureza... ahora lo entiendo... el puñal, fue por mi mismo motivo... un ardor en el pecho me invadió, aquellas rezagadas de mis ojos y mis mejillas, aquellas que jamás se habían atrevido a salir desde hace mucho estaban ahora corriendo por mi rostro, lágrimas, no se por que se les había ocurrido salir precisamente en ese momento, pero lo hicieron, aquel fuerte joven era ahora nada mas que una indefensa criatura, impotente, inservible, inútil...
Sequé mis lágrimas, tomé aquella misma daga con la que fui atacado, me apunté a tomar su inocente y pura vida, pero fue inútil, no pude... mi valor decaía nuevamente...
Al cabo de un rato estaba ahí tirado en el suelo el cuchillo, mi moribunda figura sentada en un rincón, y su angelical rostro sin preocupación, sin signos de llanto, parecía como si no hubiese respirado jamás. Me preocupé por aquella situación, me sentí hundir aun mas en la desesperación, la angustia invadió mi ser.
Fui corriendo hacia ella a sentir su pulso, su respiración... Aún respiraba, su piel tersa y cálida, sus labios rojos. Sentí un gran alivio al ver que aún vivía, que aún era mía, aquella semi-élfica mujer a quien había jurado mi vida por la de ella. La tapé con el cobertor de la cama, mientras que yo fui hacia el mesón y me tomé una botella de whisky que había...
Todo era irreal, ilógico, ya no sabía si aún estaba cuerdo o ya había enloquecido, aquel viejo compañero me seguía nuevamente, el alcohol me ayudaba a desgarrar aquella angustia reprimida en el interior, mas aún esta no se saciaba, aquel sollozo silente aún persistía luego de horas...miedo... le tenía miedo a esos tipos, el miedo atravesaba e invadía todo mi ser. Esta situación iba de mal en peor... Al cabo de un rato, con mis lágrimas ya secas tomé resolución en acabar esto como fuese, tomé una vieja escopeta y una mágnum que habían bajo la cama y me fui resoluto a descubrir que estaba pasando, quienes eran ellos y que buscaban, pues si algo salía mal junto a mi tenía 2 armas confiables, mas si era superado habría de acabar con la vida de ella y la mía con la daga ensangrentada.
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