Una vez ya adentro del pantano la luz ya no entraba hacia donde estábamos, todo era tan denso que el aire podía cortarse con un cuchillo, los perros ya no se escuchaban, lo único que podía escuchar era la respiración mía, la de ella y el sonido de algunos insectos moverse por ahí... era todo obscuro y peligroso, no sabía si sobreviviríamos en un lugar así, donde pasaríamos la noche, que comeríamos... todo era un misterio... << no me sueltes la mano, en este lugar es fácil perderse>> le dije con firmeza para que no tuviese miedo y confiara en mi, pero ella estaba asustada... la abracé en lo obscuro y le di mi calor para que supiese que estaba yo ahí, para protegerla y cuidarla... seguimos avanzando, cada vez era todo mas denso y salvaje, no se si realmente estábamos escapando o yendo por un camino a la perdición... de pronto escuché el sonido de los perros nuevamente, la tomé de mi mano y corrimos hasta donde pudimos, la idea era alejarnos de los que nos cazaban... cada vez se escuchaban mas cerca, y cada vez era todo mas obscuro y confuso, de pronto comencé a llorar, no sabía por que, sentía un vacío en mi, necesitaba algo, pero no sabía que cosa, tenía miedo... cada vez se acercaban mas, y cada vez mas nosotros disminuíamos la velocidad, a pesar de que corría a todo lo que podía, sentía las piernas pesadas, el cuerpo pesado, la angustia se apoderaba de mi, los arboles parecían atacarnos con sus ramas... seguimos corriendo, cada vez mas cerca estaban ellos de nosotros, cada vez mas cerca de alcanzarnos y hacernos presa nuevamente de ellos, o quizás de matarnos.
Llegamos a un lugar en el cual todo el piso humedecía, y era difícil correr, el piso era resbaladizo, y los ladridos ya estaban donde estábamos, la muerte nos abrazaba, la obscuridad era inmensa, pero al mirar para atrás logré ver a lo lejos luces de antorchas, y junto a ellas venían los perros... me detuve y la abracé, la besé como nunca, y le ordené que escapase... ella no hizo caso, quiso permanecer conmigo, por lo que saqué mi pistola, a la que le quedaban solo 2 balas... lentamente la abracé nuevamente... podía escuchar a los perros que se acercaban mas y mas, pero nos sentamos, ya nada podría atraparnos... puse la pistola sobre sus sienes... ella tragó saliva, pero me apretó fuertemente con sus brazos, ambos llorábamos ¿realmente sería así como acabaríamos ambos?... en un suicidio para evitar ser capturados... para evitar caer en la decadencia de aquellos enemigos de lo bueno y lo puro... si, lo único puro que nos quedaba era nuestro amor, pero debíamos conservarlo, porque era algo sagrado... era algo mágico que nos unía... mi dedo tiritaba, mi mano titubeaba en disparar, pero ella tomo mi mano... ahora eramos ambos los que apretaríamos del gatillo...
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domingo, 30 de octubre de 2011
viernes, 28 de octubre de 2011
La noche anterior XIII
Era aún temprano cuando ella me despertó con uno de sus cálidos besos, era hora de irnos... no tardarían en encontrar nuestro rastro... nos bajamos sigilosamente del árbol verificando que nadie viese que lo hacíamos y emprendimos rumbo a lo desconocido, aquella selva poco a poco a medida que avanzábamos se hacía mas densa y se convertía en un pantano... decidimos descansar bajo el refugio de un árbol grande, aunque solo permanecimos abajo, debíamos mantener fuerzas... en ese lapso me dediqué a contemplar su belleza, a pesar de todo lo ocurrido ella aún conservaba su pureza, aún podía ver juventud y belleza en ella, algo de alegría al estar conmigo... se sentía protegida conmigo ahí... pues yo se lo prometí, no dejaría que nada malo le ocurriese, mas era yo el que temía, temía por ella y por mi, tenía miedo... no dejaría que nada malo nos ocurriese, y si algo llegase a ocurrir tenia un cuchillo con el cual la mataría a ella antes de que la capturasen nuevamente y le hicieran cosas, luego el siguiente sería yo... no podía permitir que le hiciesen daño a tal princesa de lo divino y sagrado, a aquella que era dueña de mi alma.
Al verme tan pensativo se preocupó, pero yo no le contesté nada y la besé bajo la sombra de aquel árbol frondoso, poco a poco le quité la ropa suavemente y fui besando y acariciando cada parte que descubría de ella, a pesar de mis manos que recorrían su cuerpo una y otra vez aún conservaba su pureza y esplendor, era un cuerpo en formación, resaltaba la belleza de su juventud en armonía con su ternura... su respiración aumentaba, la mía también, le entregaba todo lo mío y ella todo lo suyo en una mezcla de escancias que me hacía entrar en un estado de despreocupación total de todo lo que nos rodeaba, ya no importaba si llegaban y nos alcanzaban, solo quería sentir su calor, su respiración, su cuerpo, sus palabras... y aún mas allá de lo físico, necesitaba fortificar el lazo que me unía con ella, necesitaba experimentar con ella esa experiencia, no era la primera vez, pero era igual de importante y linda, mis manos recorrían cada parte de su cuerpo sin detenerse, sin dar piedad ni descanso, y ella gemía, yo mordía su oído, apretaba sus senos con mis manos, la masturbaba mientras le hacía el amor, mi cuerpo pegado al de ella, era una sensación que me hacía sentir inmortal, nadie ni nada mas existía, solo eramos nosotros y podíamos hacer lo que quisiésemos sin que ninguna sociedad nos diera norma en ello, estaba en derecho de hacer lo que quisiese con ella, mas yo solo iba hasta donde ella quería o me permitía, en este caso ella no me negó nada, lo entregó todo al igual que yo, nada nos daba vergüenza, ambos eramos uno, eramos un solo ser, una sola esencia y espíritu unidos en un baile de pieles...
Luego de un rato nos vestimos y descansamos apoyados en el árbol y hablamos sobre cosas triviales, fue un momento agradable, la hice reír, y me reí junto a ella, fui feliz, ella me hacía feliz, me devolvía el animo de seguir adelante... lamentablemente nos vimos interrumpidos. Al parece llegaban guardias con sus perros de búsqueda y sus rifles de caza... nos largamos lo mas rápido que pudimos del lugar cruzando los pantanos como podíamos, escapando de los perros y los guardias, y el pantano no daba señales de vida...
martes, 25 de octubre de 2011
La noche anterior XII
Dulces eran aquellos días en que la conocí... recuerdo que me flechó con tan solo la primera mirada... yo aún era un chico normal si es que se le pudiese llamar asi... eso fue 2 años antes de lo que estaba ocurriendo... ella era alumna nueva en el instituto, desde que le vi no pude hacer otra cosa mas que pensar en ella, no la conocía, pero ya la amaba... tenía un aura de misterio a su alrededor, quería saber mas sobre ella, me mantube asi unos 3 meses sin decirle a nadie, sin hablar nada, solo amandola en silencio... con miedo de que tubiese novio o que alguien llegase y me le arrebatase... hablé con una amiga de ella que tambien era amiga mía, ella se emocionó y quizo unirnos, mas yo nunca me tube confianza, accedí a que me ayudase a ser amigo de ella, quería conocerla, por lo menos estar cerca y hacerla reir, ver su sonrisa y que sera yo el culpable de su felicidad. La primera vez que hable con ella solo me comporté como un idiota y la hize reir con algo, en ese momento floreió el comienzo de algo hermoso, dia a dia yo hacia reir a aquella niña que me tenía en tal estado, pero no podía acercarme mucho, parecía que no tenía esperanzas con ella... cada día era feliz, pero tambien el mas desdichado, el brillo de su mirada me enloquecía y me hacía desviar la mía... nunca miraba aquellos ojos que tanto deseaba mirar, tenía miedo a que ella me descubriese y se diese cuenta de mi sentir... la amaba, la necesitaba, sería su guardian incluso si nunca le confesaba lo que sentía por ella... era en esos tiempos yo muy tímido... y lo sigo siendo, aunque ya puedo controlarlo... cada dia y cada noche alucinaba con el día en que le confesase que la amaba, pero me atormentaba solo la idea de que me rechazase y se alejase de mi... o quizas que escapase de mi... me atormentaba solo.
Un día me enteré que a alguien mas le gustaba ella, y no pude aguantar la idea de perderle por alguien que no la cuidaría tan bien como yo, y que no sabría amarla y mantenerla feliz como yo... me decidí a decirle todo lo que sentía... era una guerra que no debía perder... de pronto me enteré que ella sabía que yo quería decirle algo... pero no enflaquecí, mantuve mi decisión de decírselo... llegó el esperado día, pero no pude decirle nada, el estomago me daba vueltas, y simplemente no pude... al llegar a casa me sentí un completo cobarde, un maldito y ruin traidor a mi decisión... debía decirle cuanto la amaba, o la perdería...
Al otro día la encontré ahí junto a todo el mundo, me acerqué y le susurré al oído que necesitaba hablar con ella... accedió... me encontraba muy nervioso, pero me la llevé a un lugar solitario y se lo dije todo... luego ella me dijo que también me amaba... en ese momento quedé helado... acaricié su rostro y le dí un simple y suave beso, un largo, pero tierno beso... le pedí que fuese mi novia... le juré cuidarla siempre... bueno, pues ya saben el resto... pasó el tiempo... ella alegraba mi día, y yo el de ella... hasta que sucedió lo del hospital... no se como fui a dar ahí... conocían mi nombre... todo lo que ahí ocurría era inexplicable, incluso lo que me ocurría a mi era inexplicable, era todo confuso... pero ya no importaba nada, ahora solo debía preocuparme de mantenerla a salvo... me di cuenta de que de mis ojos brotaba una gran cantidad de lagrimas, pero no eran de dolor, eran de felicidad, si no hubiese sido por ella ya me hubiese suicidado...mi vida era muy miserable, pero ella era mi luz... decidí dormir nuevamente ella me despertaría en un rato después...
Un día me enteré que a alguien mas le gustaba ella, y no pude aguantar la idea de perderle por alguien que no la cuidaría tan bien como yo, y que no sabría amarla y mantenerla feliz como yo... me decidí a decirle todo lo que sentía... era una guerra que no debía perder... de pronto me enteré que ella sabía que yo quería decirle algo... pero no enflaquecí, mantuve mi decisión de decírselo... llegó el esperado día, pero no pude decirle nada, el estomago me daba vueltas, y simplemente no pude... al llegar a casa me sentí un completo cobarde, un maldito y ruin traidor a mi decisión... debía decirle cuanto la amaba, o la perdería...
Al otro día la encontré ahí junto a todo el mundo, me acerqué y le susurré al oído que necesitaba hablar con ella... accedió... me encontraba muy nervioso, pero me la llevé a un lugar solitario y se lo dije todo... luego ella me dijo que también me amaba... en ese momento quedé helado... acaricié su rostro y le dí un simple y suave beso, un largo, pero tierno beso... le pedí que fuese mi novia... le juré cuidarla siempre... bueno, pues ya saben el resto... pasó el tiempo... ella alegraba mi día, y yo el de ella... hasta que sucedió lo del hospital... no se como fui a dar ahí... conocían mi nombre... todo lo que ahí ocurría era inexplicable, incluso lo que me ocurría a mi era inexplicable, era todo confuso... pero ya no importaba nada, ahora solo debía preocuparme de mantenerla a salvo... me di cuenta de que de mis ojos brotaba una gran cantidad de lagrimas, pero no eran de dolor, eran de felicidad, si no hubiese sido por ella ya me hubiese suicidado...mi vida era muy miserable, pero ella era mi luz... decidí dormir nuevamente ella me despertaría en un rato después...
viernes, 14 de octubre de 2011
La noche anterior XI
Era un momento difícil para mi, solo quería llorar, me sentía caer y morir, pero aun así le sonreía, quizás el ver su sonrisa acompañada de la mía era lo que me mantenía en pie. Mas no pude mas que improvisar, y seguir adelante aunque no sabía si resistiría toda la presión, ella de vez en cuando me preguntaba si me encontraba bien, mas yo le respondía con una sonrisa y un beso, necesitaba mantenerla feliz, de no ser así terminaría mi muerte interior.
A pesar de que la presente frente a mi era Valeria, aun podía sentir vestigios de mi chica, lo que me confundía aun mas. La tomé de la mano... aunque no fuese mi chica necesitaba apoyo, tome la determinación de no besarle si es que ella no lo pide... no sabia realmente si era Valeria o ella... quería huir de la posibilidad de preguntarle y causar alguna ruptura que desencadenase algún mal desenlace... caminé con ella de la mano por el lugar, parecía desierto, aunque habían rastros de sangre en el suelo, como si hubiesen arrastrado a alguien... decidimos no seguirlos, podría ser peligroso, así que seguimos avanzando... en la parte de la salida de aquel bizarro hospital tuvimos que escondernos, habían muchos doctores, habían muchos enfermos en camillas... no, no eran enfermos, era gente sana, pero habían sido inducidos al estado en el que estaban... era una escena que me daba asco, habían gritos de dolor y desesperación... de un momento a otro Valeria volvió a ser mi chica... tenía miedo, estaba aterrada, estaba inmóvil en el suelo tapándose los oídos... me incliné a su altura y la abracé... <<todo estará bien... tranquila, conmigo todo irá bien, pondré mi vida para cuidarte>> mi bocas decía eso, pero en realidad era yo el que necesitaba de ella, cada segundo que la veía sufrir era otra puñalada mas a mi pecho, tenía miedo, miedo a ellos y miedo de perderle... miedo de fallar nuevamente...
Cuando los doctores se fueron me adelanté a correr hacia la salida, estaba cerrada... era de esperar... no nos dejarían salir con tanta facilidad, tomé un extintor que había frente a mi y comencé a golpear el candado para que se rompiese... en cualquier momento llegaban ellos y sería nuestro fin... así estuve hasta que oí pasos que se aproximaban por el pasillo, nos escondimos tras las puertas del baño de mujeres, era un guardia, el debía tener acceso a las llaves seguramente, parecía torpe así que me abalancé a el, forzejeamos, tenía mucha fuerza, pero aun asi logré quitarle las llaves, sacó su arma y me disparó en el hombro, grité, pero me abalancé sobre el y logré lanzar su arma lejos, lo golpeé hasta dejarlo semi inconciente, luego abrí el candado y escapamos como pudimos del lugar, ella tenía miedo, yo estaba herido, era facil encontrarme, y con la hemorragia de mi hombro no sería facil llegar lejos... era una selva... era un hospital en medio de la nada... no lo entendía... por que tenían un hospital en un lugar asi... no, no era un hospital... lo que me dijo ese ''doctor era cierto'' ... todo el mundo ahi enloquecía, incluso los doctores... ese no era un hospital, era un infierno... mientras corría me topé con un arbol gigante en el que podíamos refugiarnos, pronto llovería, necesitaba parar la hemorragia pronto, sacar la bala, necesitaba acumular fuerzas y pensar... nos subimos al arbol, llegamos lo mas alto que pudimos, cuidándonos de cualquier ataque de algun animal salvaje o los doctores que quizas nos buscasen... luego tenía fuertes deseos de abrazarla y que ella me abrazase, pero era Valeria nuevamente... me encontraba mal, no pude reaccionar bien... me quedé semi inconciente, y ella se rasgó un trozo de su polera para poder cortar la hemorragia y vendar la zona...
Al despertar estaba ella en otra rama durmiendo, su ropa estaba toda gastada... mi hombro ya se encontraba en mejores condiciones... pero aun asi me sentía debil... sus manos... estaban ensangrentadas... si, ella extrajo la bala de mi hombro, me salvó de haber muerto por falta de sangre... quería agradecerle, mas no pude, volví a dormir, estaba cansado... luego de un rato al despertar la vi nuevamente ahi... su piel estaba pálida, tenía frio...decidí acercarme para darle algo de abrigo... pero me sentí atraido a ella, su piel, era pura, u¡su cuerpo, me parecía tan provocador... la pose en que dormía, sus mejillas rojas, el vapor que salia de su nariz y boca al respirar en contraste con el frio ambiente... no pude evitarlo... me acerqué y la besé, ella despertó, y se vió conmigo arriba de ella, al principio estaba algo nerviosa, pero mas tarde cedió a lo que yo la inducía, le quité la ropa con delicadeza mientras besaba todo su cuerpo, desde sus labios hasta aquellas partes que involucraban sexo... el frío habia desaparecido, aquella rama era incómoda, pero aun asi no había nada que nos detubiera... le hice el amor con la misma intensidad y sentimiento con el que se lo hice a aquella novia mia... no, esto era mas enfermo... pensaba en ella mientras se lo hacía a Valeria, la cual era dulce victima de mi locura en aumento, hasta yo me impresionaba... a pesar de que debíamos ser discretos intenté hacerla gemir lo mas fuerte que pude, satisfacía todos aquellos obscuros fetiches que tenía, gozaba de su cuerpo como si fuese la ultima vez, mis manos la recorrían por todos lados, ella intentaba frenar un poco, pero no podía, ella tambien era presa de la lujuria, y la locura, me convertí en un animal... me guiaba por mis instintos, la traté como un objeto, tocaba todo su cuerpo sin respeto a lo que ella gemia, me volví un ser asqueroso, mas al rato despues fue todo lo contrario, fui suave y amable, la besé lentamente, le hice el amor nuevamente, pero ahora besaba con delicadeza todo su cuerpo, rocé sus labios con los mios, y la dejé con deseos de un beso, mas no se lo di, solo le sonreí y la amé...
Fueron momentos en los que mi personalidad cambió de forma rotunda, luego de todo eso me recosté y ella tambien sobre mi, tenía su cabeza apoyada en mi pecho, y yo lo único que necesitaba era llorar en ese instante, no me sentía bien, aquel sexo no fue por amor, fue tan solo un instinto animal que me guiaba a liberar la tensión acumulada... al no ver a mi chica a mi lado... al haber roto mi voto de fidelidad no pude nada mas que tragar mi impotencia por haber roto mi voto de lealtad... nos tapamos con la ropa que nos habíamos quitado y nos pusimos a descansar... en ese lapso estuve pensando en muchas cosas...
A pesar de que la presente frente a mi era Valeria, aun podía sentir vestigios de mi chica, lo que me confundía aun mas. La tomé de la mano... aunque no fuese mi chica necesitaba apoyo, tome la determinación de no besarle si es que ella no lo pide... no sabia realmente si era Valeria o ella... quería huir de la posibilidad de preguntarle y causar alguna ruptura que desencadenase algún mal desenlace... caminé con ella de la mano por el lugar, parecía desierto, aunque habían rastros de sangre en el suelo, como si hubiesen arrastrado a alguien... decidimos no seguirlos, podría ser peligroso, así que seguimos avanzando... en la parte de la salida de aquel bizarro hospital tuvimos que escondernos, habían muchos doctores, habían muchos enfermos en camillas... no, no eran enfermos, era gente sana, pero habían sido inducidos al estado en el que estaban... era una escena que me daba asco, habían gritos de dolor y desesperación... de un momento a otro Valeria volvió a ser mi chica... tenía miedo, estaba aterrada, estaba inmóvil en el suelo tapándose los oídos... me incliné a su altura y la abracé... <<todo estará bien... tranquila, conmigo todo irá bien, pondré mi vida para cuidarte>> mi bocas decía eso, pero en realidad era yo el que necesitaba de ella, cada segundo que la veía sufrir era otra puñalada mas a mi pecho, tenía miedo, miedo a ellos y miedo de perderle... miedo de fallar nuevamente...
Cuando los doctores se fueron me adelanté a correr hacia la salida, estaba cerrada... era de esperar... no nos dejarían salir con tanta facilidad, tomé un extintor que había frente a mi y comencé a golpear el candado para que se rompiese... en cualquier momento llegaban ellos y sería nuestro fin... así estuve hasta que oí pasos que se aproximaban por el pasillo, nos escondimos tras las puertas del baño de mujeres, era un guardia, el debía tener acceso a las llaves seguramente, parecía torpe así que me abalancé a el, forzejeamos, tenía mucha fuerza, pero aun asi logré quitarle las llaves, sacó su arma y me disparó en el hombro, grité, pero me abalancé sobre el y logré lanzar su arma lejos, lo golpeé hasta dejarlo semi inconciente, luego abrí el candado y escapamos como pudimos del lugar, ella tenía miedo, yo estaba herido, era facil encontrarme, y con la hemorragia de mi hombro no sería facil llegar lejos... era una selva... era un hospital en medio de la nada... no lo entendía... por que tenían un hospital en un lugar asi... no, no era un hospital... lo que me dijo ese ''doctor era cierto'' ... todo el mundo ahi enloquecía, incluso los doctores... ese no era un hospital, era un infierno... mientras corría me topé con un arbol gigante en el que podíamos refugiarnos, pronto llovería, necesitaba parar la hemorragia pronto, sacar la bala, necesitaba acumular fuerzas y pensar... nos subimos al arbol, llegamos lo mas alto que pudimos, cuidándonos de cualquier ataque de algun animal salvaje o los doctores que quizas nos buscasen... luego tenía fuertes deseos de abrazarla y que ella me abrazase, pero era Valeria nuevamente... me encontraba mal, no pude reaccionar bien... me quedé semi inconciente, y ella se rasgó un trozo de su polera para poder cortar la hemorragia y vendar la zona...
Al despertar estaba ella en otra rama durmiendo, su ropa estaba toda gastada... mi hombro ya se encontraba en mejores condiciones... pero aun asi me sentía debil... sus manos... estaban ensangrentadas... si, ella extrajo la bala de mi hombro, me salvó de haber muerto por falta de sangre... quería agradecerle, mas no pude, volví a dormir, estaba cansado... luego de un rato al despertar la vi nuevamente ahi... su piel estaba pálida, tenía frio...decidí acercarme para darle algo de abrigo... pero me sentí atraido a ella, su piel, era pura, u¡su cuerpo, me parecía tan provocador... la pose en que dormía, sus mejillas rojas, el vapor que salia de su nariz y boca al respirar en contraste con el frio ambiente... no pude evitarlo... me acerqué y la besé, ella despertó, y se vió conmigo arriba de ella, al principio estaba algo nerviosa, pero mas tarde cedió a lo que yo la inducía, le quité la ropa con delicadeza mientras besaba todo su cuerpo, desde sus labios hasta aquellas partes que involucraban sexo... el frío habia desaparecido, aquella rama era incómoda, pero aun asi no había nada que nos detubiera... le hice el amor con la misma intensidad y sentimiento con el que se lo hice a aquella novia mia... no, esto era mas enfermo... pensaba en ella mientras se lo hacía a Valeria, la cual era dulce victima de mi locura en aumento, hasta yo me impresionaba... a pesar de que debíamos ser discretos intenté hacerla gemir lo mas fuerte que pude, satisfacía todos aquellos obscuros fetiches que tenía, gozaba de su cuerpo como si fuese la ultima vez, mis manos la recorrían por todos lados, ella intentaba frenar un poco, pero no podía, ella tambien era presa de la lujuria, y la locura, me convertí en un animal... me guiaba por mis instintos, la traté como un objeto, tocaba todo su cuerpo sin respeto a lo que ella gemia, me volví un ser asqueroso, mas al rato despues fue todo lo contrario, fui suave y amable, la besé lentamente, le hice el amor nuevamente, pero ahora besaba con delicadeza todo su cuerpo, rocé sus labios con los mios, y la dejé con deseos de un beso, mas no se lo di, solo le sonreí y la amé...
Fueron momentos en los que mi personalidad cambió de forma rotunda, luego de todo eso me recosté y ella tambien sobre mi, tenía su cabeza apoyada en mi pecho, y yo lo único que necesitaba era llorar en ese instante, no me sentía bien, aquel sexo no fue por amor, fue tan solo un instinto animal que me guiaba a liberar la tensión acumulada... al no ver a mi chica a mi lado... al haber roto mi voto de fidelidad no pude nada mas que tragar mi impotencia por haber roto mi voto de lealtad... nos tapamos con la ropa que nos habíamos quitado y nos pusimos a descansar... en ese lapso estuve pensando en muchas cosas...
domingo, 9 de octubre de 2011
El arte de saber amar
Saber amar a alguien es un arte, saber entregar tu alma, saber a quien entregarla, saber como entregarla, buscar la felicidad para esa persona, su sonrisa, alegría, saber como darle un buen día, hacer feliz a esa persona incluso si no es contigo con quien está... hacerle saber que amas a esa persona, que necesitas de su presencia, que jamás le harás mal, que velaras por su seguridad.
Amar puede aplicarse tanto a seres queridos como a tu pareja, pero no es al amor a tus seres queridos al que me refiero, es el amor que sientes por esa persona que llega a tu vida y te hace estar en el cielo, sin conciencia de la realidad, volando... esa persona que te hace sonreír cuando piensas en ella, esa persona que te hace sentir esa sensación inexplicable de apego y necesidad...
El arte de saber amar se traduce en saber hacer feliz a esa persona especial para ti, puede que ames mucho a alguien, pero si no sabes hacer feliz a esa persona no sabes amar, solo amas...
Amar puede aplicarse tanto a seres queridos como a tu pareja, pero no es al amor a tus seres queridos al que me refiero, es el amor que sientes por esa persona que llega a tu vida y te hace estar en el cielo, sin conciencia de la realidad, volando... esa persona que te hace sonreír cuando piensas en ella, esa persona que te hace sentir esa sensación inexplicable de apego y necesidad...
El arte de saber amar se traduce en saber hacer feliz a esa persona especial para ti, puede que ames mucho a alguien, pero si no sabes hacer feliz a esa persona no sabes amar, solo amas...
viernes, 7 de octubre de 2011
La noche anterior X
No sabía que haría, ni como lo haría, solo teníamos que encontrar la forma de irnos de aquel lugar, de aquel infierno, la miré a los ojos y la besé, estuve mucho tiempo besándola, necesitaba de ella, no quería perderle. Cada detalle del momento me hacia necesitarla mas, solo quería estar ahí, con ella a mi lado acostados, pegados el uno al otro, sonriendo aunque fuese solo por esa ocasión... era feliz, la tenía nuevamente a mi lado, besé cada parte de su cuerpo lentamente, con dulzura y delicadeza, el calor corporal, su agitación al tocar partes sensibles, mi corazón que latía tan rápido y tan fuerte, todo... todo era solo una cosa, todos los detalles eran importantes, pero a su vez pasaban desapercibidos, a pesar de lo jóvenes que eramos estábamos ahí, realizando un acto tan hermoso e importante, no había nadie que nos controlase, ninguna ley nos regía, ningún dios ni nada del mundo existía a parte de nosotros, << te amo>> me dijo ella, ahora de la delicadeza pasé a lo fuerte e intenso, la besé con fuerza y me convertí en una especie de animal guiado por mis instintos, su respiración aumentó mucho, lo que me insistió a seguir, besaba fuertemente su cuello, sus labios, su piel... en ese momento nos fusionábamos, el momento era mágico, ella comenzó a gemir, intentaba no hacerlo, pero un leve resabio de lo que no podía evitar escapaba, nuestros corazones palpitaban sin control ni ritmo << no te dejaré ir>> le dije eso mientras hacíamos el amor, <<te amo>> fue todo lo que pudo decirme, su aliento no daba a basto para hablar.
Luego de pasado un rato estábamos recostados, ella sobre mi, pensando, haciendo nada, pensábamos en que nos deparaba, en que sería lo que ocurriría mas adelante... << ¿que haremos?>> le pregunté << no lo se...>> su mirada decaía, la besé, no quería verla triste << no te preocupes, todo saldrá bien>>... iba a besarle nuevamente, pero aquella hermosa criatura ya no era mi chica... ¡era Valeria!... me quedé helado y sin poder decir nada por un momento... ella se puso a dormir, y yo aun no comprendía que estaba pasando... pero pronto llegue a una conclusión, mi mente enloquecía, iba creando realidades en modo de defensa a la realidad... entonces... ¿quien era realmente ella?... decidí guardar silencio por el momento, analizaría las cosas y luego hablaría...
Al despertar ella estaba yo escribiendo sentado en un sillón con la última botella de whisky... pensaba en todo, al verla le sonreí con dulzura << ¿como estas?>>, <<estoy mejor, gracias>>, a pesar de que era Valeria no se, veía algo de mi chica en ella, pero no sabia que era exactamente, <<vístete, escaparemos pronto, tengo un plan>> ella me sonrió y se vistió, su sonrisa era hermosa, me era familiar... luego fuimos a ver por donde podríamos escapar...
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